SinopsisLos rumores decían que no él no era trigo limpio…Lord Brentmore, hijo de un aristócrata inglés y una campesina irlandesa, había crecido perseguido por el escándalo. Ni siquiera su título y sus riquezas habían bastado para contener las lenguas afiladas de la alta sociedad. Por ello juró que sus hijos jamás tendrían que soportar las mismas humillaciones que él.Tras la muerte de su esposa en circunstancias comprometedoras, necesitaba encontrar una institutriz adecuada para sus hijos. Anna Hill era demasiado apasionada, demasiado bella, pero también brillaba con luz propia en Brentmore Hall, llenándolo de risas otra vez. Él también había vuelto a sentir cosas ya olvidadas, pero que un noble se casara con una institutriz sería un escándalo de proporciones aún mayores…
Opinión personal
Siguiente libro de mi reto del
que va siendo hora que os ponga la lista, porque tanto hablar de la misma y no
os la pongo para que le echéis un vistazo.
La autora es nueva para mí pero
me ha dejado muy buenas impresiones, me gusta su forma de escribir: sencilla,
clara, con diálogos contundentes que en muy pocas palabras expresa bastante bien lo que siente cada uno
de los personajes. Así que en sus casi doscientas páginas nos trae una historia
muy dulce, la verdad es que no le falta nada, para mí estaba bastante completo,
es de lo que me gusta encontrar y es una sorpresa porque en tan poca extensión
creía que le faltaría pero no ha sido el caso.
Anna Hill es una joven
institutriz que logra captar la atención inmediata del brusco irlandés. Egan,
lord Brentmore es un marqués viudo con dos hijos y con un pasado que quiere que
no les afecte.
Me ha gustado que los personajes
estuviesen bien caracterizados. Anna ha sido una joven que a pesar de su edad
presenta bastante madurez y resolución. Le planta cara a Brent con bastante facilidad
y no teme decir lo que se le pasa por la cabeza. Esto es algo que me ha gustado
de ella, no es esa mujer sumisa que se deja pisotear. Y como no quererla cuando
es tan buena con esos niños a los que cuida como si fueran propios. Dory y Cal
han sido otros personajes a los que amar, Dory es la pillina de turno y Cal,
con su problema, es para comérselo.
Brent me ha gustado por muchos
motivos, en un principio ese amor instantáneo me dio miedo y su trato con Anna,
esa brusquedad propia de los irlandeses. Pero con el avance de páginas este
hombre va cambiando y dulcificándose. Me encantaron los momentos con sus hijos
(su redención) y la evolución del romance con Anna.
A lo largo del relato vamos
viendo cómo se crea la complicidad entre Anna y Brent, su día a día con los
niños. Ella se mantiene fuerte en sus convicciones, tiene muy claro su papel de
institutriz y Brent poco a poco se va enganchando a esa joven que saca
ilusiones que creía perdidas. Me ha gustado que él fuese tan leal a sus
promesas y mantuviese a raya sus sentimientos. La química está muy lograda.
La autora sabe mantenernos alerta
con este romance, dándonos precisos toques que nos llevan a querer saber qué es
lo que va a pasar a continuación, haciéndonos sufrir un poco en el proceso
también. Porque habrá suspense con el pasado de ambos y nos llevaremos alguna
que otra sorpresa.
En definitiva, esta ha sido una
historia muy bonita, dulce y entrañable que me ha encantado. Sinceramente no me
esperaba que me iba a gustar de esta manera pero es que esta historia está tan
bien presentada, el romance del marqués con una institutriz tan bien conseguido
y la conexión con la vida (tan conmovedora) de los niños que no puedo más que
darle una buena nota.
A veces no se necesitan historias
muy enrevesadas para que capten al lector, sencillamente a veces las historias
más simples nos atrapan y éste ha sido el caso.
Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟
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