Bey Malloren, Marqués de Rothgar, ha cargado con la responsabilidad de ser cabeza de familia y guardián de sus hermanos menores desde que era adolescente. Ahora que cada uno de ellos ha contraído matrimonio y se ha hecho cargo de sus tierras, todo parece indicar que le ha llegado el turno de disfrutar de su libertad y de fundar su propia familia. Sin embargo, Bey ha jurado que nunca contraerá matrimonio. Sabe que por sus venas corre sangre maldita y que nunca debe tener descendencia. Pero la fidelidad y obediencia a su rey le van a jugar una mala pasada. Porque el rey Jorge acaba de encomendarle la imposible misión de escoltar a Diana Westmount en su viaje hasta Londres, un viaje que pondrá en alerta todas las defensas de Bey para no sucumbir a la tentación de dejarse seducir por la endiablada condesa.
Diana Westmount ha heredado el condado de Arradale de su padre gracias a un antiguo y raro decreto que permite que el título pase a una mujer. Para ella ese condado es su bien más preciado y ha prometido ser digna de él. Pero para servir a sus gentes y mantener su título, la condición más importante que debe cumplir es permanecer soltera. Un matrimonio le obligaría a renunciar a sus tierras y significaría la pérdida total de esa libertad que le permite hacer y deshacer a su antojo... Una decisión firme que ahora mismo, con el misterioso marqués de Rothgar tan cerca, se convierte en una dolorosa renuncia. Claro que... ¿no podría Diana satisfacer su curiosidad por el mayor de los Malloren sin caer en la trampa del matrimonio? Una noche de pasión sería más que suficiente...
Esta novela es la número cinco de
la serie pero me atreví a leerla por separado del resto porque la sinopsis me
llamaba y porque vi muchas reseñas con cinco estrellas pero… volvemos a lo de
siempre, lo que a algunos le parece increíble a mí me deja fría y es lo que me
ha pasado.
No le echo la culpa a no seguir
el orden de los libros porque creo que no es un impedimento grande, son
cosillas nimias las que suelen darnos por regla general antes de la historia
con los protagonistas. Mi decepción es por las grandes expectativas y porque al
final la historia no es lo que buscaba.
Bey Malloren, marqués de Rothgar
es el mayor de los hermanos de esta familia, tras un hecho doloroso del pasado
tiene una especie de “trauma” que le hace creer que es imposible formar una
familia, la idea del matrimonio no se le pasa por la cabeza. Bey como cabeza de
familia es el que lleva la responsabilidad, se ha encargado de que cada uno de
sus hermanos consiguiese su felicidad, ahora todos tienen su propia familia y
él cree haber cumplido con su deber.
Es en este punto en el que se
cuestiona muchas cosas pero siempre firme en su decisión de no traer ninguna
descendencia pero conoce a Diana Westmount, condesa de Arradale por la que se
siente atraído.
Diana es un personaje moderno
para la época, tiene un título a pesar de no ser mujer, ha sido educada como un
hombre, sin duda se basta ella sola, pero el Rey no quiere que le cause
problemas y quiere que se case.
Las características de Diana me
gustan pero creo que no se ha desarrollado bien su personaje, se ha quedado a
medias y su pasado poco desarrollado. Me pasa algo parecido con Bey, su pasado
pero sobre todo su carácter, esa frialdad e indiferencia, es que pasan ciertos
hechos y no despliega sentimientos. Tanto es así que la historia de amor me
sabe a nada, muy frío todo y las escenas de pasión más de lo mismo,
sinceramente como pareja no me ha llamado la atención.
A todo esto le unimos una
ambientación en la corte y las conspiraciones de los franceses contra los
ingleses que ni fú ni fá, sinceramente desaprovechada.
La primera mitad me pareció aburridísima,
la segunda mejora un poco porque tenemos un poco más de acción pero nada memorable.
Los personajes principales me parecieron planos y con nula química,
sinceramente su historia se me olvidará en cuanto cierre el libro. Lo peor ha
sido el insoportable personaje del rey que me sacaba de quicio.
En definitiva, la novela ha sido
pasable pero en verdad una decepción con una historia y un personaje (Bey) que
prometía pero que no se llega a explotar. Frío y sin pasión, la historia no
llega a arrancar y Diana no logra alcanzar mis expectativas con un personaje
tan “moderno”.