Sinopsis
Katherine Merivale, una joven heredera de 19 años, debe contraer matrimonio para acceder a la fortuna que le dejó su abuelo. Está enamorada de su amigo Sir Sidney Lovelace desde que era niña, y su deseo más íntimo es casarse con él, pero Sidney no se decide a dar el paso.
Entre tanto, Alexander Black, conde de Iversley, regresa a Inglaterra tras la muerte de su padre para hacerse cargo de los bienes familiares, pero lo que encuentra es una mansión desvencijada y un sinfín de deudas. Consciente de que su única oportunidad es casarse con una rica heredera, traza un frío y calculado plan para apartar a Katherine de su pretendiente.
La resistencia inicial de la joven supone un desafío para Alexander, que utiliza todas sus artes de seductor para conseguir el corazón de la joven. Pero las tornas cambian y, para su sorpresa, descubre que la rebeldía de Miss Merivale despierta en él una pasión irrefrenable. Ahora, su lucha consiste en evitar que Katherine averigüe que sólo buscaba su fortuna.
Opinión personal
Katherine Merivale, debe contraer matrimonio para acceder a la fortuna que le dejó su abuelo. Ella piensa en su mejor amigo, Sir Sidney Lovelace, para convertirse en su esposo, pero Sydney no da el paso.
Alexander Black, conde de Iversley, tras la muerte de su padre, se encuentra con una mansión y múltiples deudas. Su única opción es casarse con una rica heredera, y en su punto de mira está Katherine.
Esta se resiste y Alec pone en marcha sus armas de seducción… lo que no espera es que esa joven lo atrajese tanto. Ahora debe mantener su plan en secreto, si no podría perderla.
“En la cama del príncipe” es el primer libro de la serie “Royal Brotherhood”, aquí conocemos al primero de los bastardos del príncipe. Alexander Black, conde de Iversley.
Alec conoce desde hace tiempo su condición de bastardo y cómo le marcó profundamente. Su padre legal nunca lo aceptó e hizo sufrir a su madre por el pecado cometido durante su matrimonio. Ahora ha heredado la finca familiar, pero no está en condiciones, ha generado deudas que no sabe cómo pagar. Su única solución es encontrar a una rica heredera y Katherine Merivale parece la candidata perfecta.
Katherine es una rica heredera, bueno, eso hasta que consiga casarse y liberar la fortuna que le dejó su abuelo materno. Acosada por las deudas de un padre vividor, debe hacer frente a ellas y qué mejor candidato que su mejor amigo Sidney, aunque este no esté por la labor.
Es así como una noche conoce al conde de Iversley, un pícaro seductor que la provoca constantemente y que le aconseja sobre su relación con el famoso poeta. Ella adora a Sidney, tiene una especial relación con él, nadie mejor para convertirse en un esposo amable y atento, aunque falto de la pasión que pretende darle Alec.
La novela ha mantenido el interés a lo largo de todas sus páginas. Tenemos a un protagonista alejado de esos aristócratas mujeriegos y, en cambio, aparece un hombre sensato, que quiere alejarse de todo lo que le recuerde a su padre biológico. Su herencia está envenenada, pues tiene bastantes deudas que pagar si quiere que siga en funcionamiento. Buscando lo mejor para levantar la finca, decide encontrar a una rica heredera; es así como pide ayuda a sus otros dos hermanastros, hijos bastardos del príncipe. Lord Drake y Byrne le muestran la mejor candidata y los medios para hacerle creer que no es otro de los cazafortunas que rondan.
Alec encuentra a Katherine y empieza su juego de seducción. Katherine está desesperada por resolver su situación y Sidney, es su mejor amigo y el hombre del que cree estar enamorada. Sus avances para que este le pida matrimonio no surten efecto y al final pacta con Alec para que la ayude, convirtiéndose en un pretendiente falso que anime a su mejor amigo a comprometerse.
A lo largo de la novela, Katherine y Alec se van conociendo y lo que parecía un plan de seducción, un juego, se transforma en algo más para los dos. Al final el cazador es cazado y Alec teme que si Katherine descubre sus primeras intenciones, intente abandonarlo.
Me han gustado los dos protagonistas. Alec no es el típico mujeriego y despilfarrador, sí, es un seductor nato, pero me encanta la faceta de conde. De un hombre que quiere lo mejor para sus tierras y los que habitan en ellas. Su pasado no es muy diferente, pues al sentirse abandonado por su padre, se hace a sí mismo, sin vergüenzas, se pone a trabajar.
Katherine no es la típica bobalicona inocente. Ella se ha encargado de llevar su casa y soportar a una madre en ocasiones muy impertinente. Cree sentir amor por su amigo, pero Alec le muestra el lado pasional y Katherine se deja llevar hasta que entre ellos surge la pasión y más tarde el enamoramiento.
Sidney es un personaje que se ve a las leguas por dónde va y no sorprende con su respuesta final. Ha tenido una parte buena y otra no, pues su apoyo a Katherine es a veces inestable.
La madre de Katherine es muy voluble, esa facilidad con que anima a su hija y la desanima a los dos minutos.
En cuanto a Drake y Byrne, hemos conocido de refilón algo de ellos y tendremos que esperar a sus historias.
Lo mejor de la novela es que tenemos un romance que no flojea. Me encanta el juego de seducción de Alec y los diálogos son un punto a sumar. Además, no es necesario llenar de escenas explícitas una novela para que notes la química de los personajes, creo que tenemos dos y para mí ha sido suficiente para que la historia me haya gustado.
Puntuación: 🌟🌟🌟🌟
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