Reseña: Un amor maravilloso (Siempre 2) - Judith McNaught

Sinopsis

Judith McNaught retrata con maestría a una heroína memorable y una pasión ardiente, en esta emotiva historia de amor, que continúa la serie «Siempre».

Recuperamos un título de Judith McNaught que lleva tiempo fuera del alcance de sus lectoras, con el que continúa la trilogía Siempre (Para siempre, Un amor maravilloso y Danza de pasión).

El tempestuoso matrimonio de Alexandra Lawrence, inocente muchacha provinciana, y Jordan Townsende, el rico y poderoso duque de Hawthorne, está a punto de enfrentarse a una última prueba de lealtad para conservar el irrompible vínculo que comparten...

Judith McNaught es una de las autoras más prestigiosas del mundo, tanto por sus novelas históricas como por sus thrillers románticos.

Opinión personal

Jordan Townsende es el poderoso duque de Hawthorne, un hombre frío y mujeriego, cuando conoce a la inocente Alexandra Lawrence no espera que su mundo cambie, pero sin duda Alex no se lo pondrá fácil y empezará a descongelar su frío corazón.

Buscando algo diferente, pues últimamente las novedades parecen todas iguales, me decidí por “Un amor maravilloso”, segundo tomo de la serie “Siempre”. Una novela publicada en 1988 y que no le tiene que envidiar nada a las actuales, es más, me ha gustado porque Judith McNaught tiene una forma de escribir directa y clara sin utilizar un lenguaje enrevesado, eso es lo que más adoro de ella, no le hace falta relleno para sus novelas, ella solita le saca todo el jugo sin estar dando rodeos o repeticiones que no aportan nada a la historia.

No se trata de una trilogía, sino una serie como dije anteriormente y es que la sinopsis da a entender que se trata de una continuación y para nada es así, es una historia nueva y autoconclusiva y es que seguimos para bingo con sinopsis sin sentido. Desde luego que es de traca lo que han hecho con la sinopsis, ¿se han leído la novela? Espero que si la reeditan resuelvan el error que hace que nos confundamos los lectores.

La novela se ambienta en 1815 en el pueblo de Morsham y en Londres en 1816. Alexandra es una joven inocente, una muchachita de pueblo que vive junto a su madre y su tío, ella desde muy joven se ha hecho cargo de ambos e intenta sacar adelante una casa que ha visto días mejores. Su vida transcurre sin sobresaltos hasta que se encuentra en una situación difícil y conoce al duque de Hawthorne. A partir de este momento la vida de Alex da un giro de ciento ochenta grados.

Jordan Townsende es el famoso duque de Hawthorne al que temen y respetan. Rico, frío, arrogante, bueno en los negocios y un mujeriego que no le teme a nada ni a nadie. En un viaje hacia una de sus propiedades se encuentra con un problema y lo que menos espera es encontrar la ayuda en una chiquilla que desprende inocencia por todos sus costados y que ha despertado algo que creía no tener.

La novela se puede dividir en dos partes claramente, la primera de ellas es el encuentro de los protagonistas, un Jordan altivo y una Alex inocente hasta la médula que contraen un matrimonio en el que el duque quiere seguir con su antigua vida y a Alex enamorándose de la imagen que se hace de ese hombre. La segunda parte da a conocer a los verdaderos personajes, Alex ya no es la jovencita sumisa, ahora saca su parte más rebelde al conocer las verdaderas intenciones que tenía Jordan y este a su vez ha empezado a redimirse y quiere reconquistar a la joven, pero no tendrá las cosas fáciles.

Tanto por parte de Jordan como de Alex podemos observar una evolución, más por parte de ella que de él, porque el duque no pierde mucho su parte orgullosa, le cuesta dar su brazo a torcer. En cambio, Alex evoluciona y muestra su cara más alegre y rebelde hasta que está en presencia de Jordan y se viene un poco abajo, me hubiesen gustado más momentos de arrojo por parte de ella.

Alexandra no es tan rebelde como la pintan ni Jordan tan amoroso por dentro. He empatizado mucho con Alexandra, ella se lleva el protagonismo porque es capaz de afrontar todo lo que se le viene encima.

La pareja me ha gustado, aunque Jordan es un hueso duro de roer, no es fácil el descongelamiento del corazón del duque y muchas veces me dieron ganas de darle de tortas con su actitud, menos mal que cerca del final podemos ver al nuevo duque en acción, este sí que merece la pena.

Tenemos momentos de esos que te tocan la fibra y me ha gustado encontrarlos, es algo que me pasa poco con las novelas más recientes.

Hay comentarios que dicen que la segunda mitad del libro pierde fuerza, pero a mí me ha gustado igual que el resto, la única pega es el final tan abrupto y que deja con alguna duda con respecto al destino de los culpables.

El final es algo descafeinado y abrupto, un epílogo que nos deja insatisfechos.

En general, la novela no tiene nada que envidiar a las más recientes, a muchas se las comería con patatas y pese a los años que han pasado tiene un buen pase. Bien escrita y todo bien hilado, no puedo pedir nada más.

Puntuación: 🌟🌟🌟🌟

¿Qué te pareció a ti? ¿Te interesa leerlo?

Comparte tu opinión en los comentarios.