1537, isla de Tenerife. Un grupo de mujeres, mientras entonan antiguos cantos, forman un círculo alrededor de una joven parturienta. Sus alaridos resuenan en todo el valle. De repente, se hace el silencio. Y un último grito desgarrador… Entre las cobijas que debían arropar a un bebé, asoma lo que parece una pequeña mano cubierta de pelo. Ha nacido Petrus Gonsalvus, un rey guanche. Y esta es su historia…
Rechazado por su pueblo, que lo considera un ser demoniaco, Petrus acaba en la corte de Enrique II de Francia y Catalina de Médici, a donde llega como un obsequio para el rey. Allí lo tratan como una simple mascota para divertimento real. Sin embargo, el monarca ve en él el brillo de una inteligencia despierta y sensible, y decide acogerlo bajo su protección.
Petrus conoce entonces a Diana, hija bastarda del rey, que se convertirá en su amiga, cómplice y confidente. Los dos aprenderán a desenvolverse en la corte y lucharán por encontrar su lugar en ese mundo que los margina. Hasta que se cruza en su camino Catherine, una hermosa dama de compañía de la reina, elegida para ser la esposa de Petrus. Él se verá obligado a tomar una difícil decisión…
Opinión personal
Ponte
en mi piel es la primera novela de la autora que he leído y que se aleja de mi
género favorito ya que se trata de narrativa histórica. La historia de Petrus se dice que inspiró a Gabrielle-Suzanne Barbot de
Villeneuve a crear el famoso cuento de “La Bella y la Bestia”. La vida de Petrus y su especial circunstancia me llamó la atención pero también que este cuento estuviese inspirado (o eso se piensa) en su persona así que no me pude resistir y leer este libro.
La
novela se divide en cuatro partes donde distintas voces se alternan: la de Guancancha
(hijo de perro), Barbet, Pedro o Petrus que es como se conocerá al personaje en
sus distintas etapas que son en su Tenerife natal y en la corte de Enrique II
de Francia; la de Diana de Castro (hija de Enrique II) y de Catherine (esposa
de Petrus).
Tenemos
una historia que mezcla realidad y ficción algo que siempre me ha parecido
difícil pero que la autora ha sabido plasmar bastante bien, el trabajo de
documentación se nota y pese a que algunas partes no me gustaron en general la
novela merece nuestra atención. La forma
de narrar me ha parecido preciosa y eso que los diálogos son los justos, a mí
me aburren las largas descripciones pero la manera en que lo hace no se nos
hace pesado sino que lees del tirón porque la autora además no utiliza mucho
artificio.
La
novela narra la vida de Petrus Gonsalvus o Pedro González un personaje real que
vivió en el siglo XVI. Él fue un habitante de las Islas Canarias conocidos como
“guanches” que durante la época de la conquista de las islas por los
castellanos fue capturado y llevado a la corte de Enrique II de Francia y es
que Petrus era un hombre “particular” para la época, él tenía lo que se conoce
como “síndrome de Ambrás o hipertricosis universal congénita” una manifestación
en la que toda su piel está cubierta por un exceso de bello, se cree que es uno
de los primeros casos que se conocen. Enrique II lo acoge, tiene un especial
afecto por Petrus, tanto es así que se convierte en “gentilhombre de la corte”
y más tarde recibirá el tratamiento de “don”.
La
primera parte donde Petrus vive en Tenerife hasta sus diez años cuando es
capturado es la parte que no me gustó mucho por como la autora reflejaba al pueblo
guanche, quizás porque me toca de cerca al ser de Canarias y soy más
susceptible con este tema. Me causó tristeza o algo parecido que no sabría
explicar. Luego por algún que otro error con términos que son distintos entre
la isla de Gran Canaria y Tenerife que encontré pero que no cuento en esa
impresión porque creo que es normal encontrárselos.
Aparte de lo
que comento, esta parte es la que más me conmovió de Guancancha, es un niño que
por su “rareza” es condenado desde el minuto uno y no todos lo tratan como
deberían.
En esta parte
aparece también el personaje de Diana de Castro, la hija bastarda de Enrique II,
me ha gustado como la plasma la autora y su especial relación con Petrus, ellos
dos creo que son mis personajes favoritos de esta historia. Diana se cría junto
a Petrus y tienen una relación muy especial y que pese a las adversidades se
fortalece cada vez más.
A partir de
la segunda parte iremos viendo la evolución del personaje de Petrus, su especial
relación con Enrique II, ese punto que los une es importante. Petrus debe
lidiar y luchar por no convertirse en un mono de feria y el apoyo de Diana es
fundamental.
La tercera
parte y cuarta parte es donde Petrus se da a conocer realmente y a hacerse
respetar, con su inteligencia, su lealtad, nobleza y aquí la autora recrea a un
Petrus involucrado con una causa. Petrus se rodea de personajes importantes en
la época.
En esta parte
aparece el personaje de Catherine, la esposa de Petrus por mandato de Catalina
de Médici donde la autora tuvo carta blanca al modelar su personaje porque poco
se sabe en realidad de esta mujer. Personalmente me disgustó, ningún afecto por
este personaje y eso sabiendo lo que le ocurre en sus inicios. Su relación con
Petrus no me inspiró absolutamente nada y es algo que esperas, no tanto el
cuento de Disney de “La bella y la bestia” pero algo que por lo menos te
conmueva de alguna manera.
Esos años que
pasan donde Catherine parece cambiar por según qué personaje no me hacen gracia,
es en ese momento donde se me viene el mundo abajo y me pregunto qué es lo que
quería sacar con ello la autora, porque aquí es donde ya detesté a Catherine.
Luego tenemos
un protagonismo por parte de Enrique de Guisa que creo que sobraba, que no
necesitábamos.
La novela ha
estado en general bastante bien con algunas cosas que no me gustaron como son
el personaje de Catherine, el protagonismo de Enrique de Guisa y el detrimento
en la historia de Petrus. Sí, y es que pese a que se supone que él es el
protagonista absoluto va en detrimento para darles más énfasis a personajes
como a Guisa o a Catherine y hay momentos en que no sabemos nada de Petrus. La
relación con Catherine me pareció muy forzada y eso sin contar su casamiento
que ya lo es.
Petrus que
parecía ser el personaje principal junto a su historia se diluye poco a poco y
es una pena.
El trasfondo
de la historia ha estado muy bien con sus intrigas políticas y palaciegas, disputas
familiares, una Francia convulsa con enfrentamientos entre religiones (católicos
y hugonotes), hechos como por ejemplo la matanza de San Bartolomé. La rivalidad
entre Diana de Poitier y Catalina de Médici siempre presente, el devenir de la
dinastía Valois…
Los personajes
secundarios no se quedan atrás tanto en la realidad como en la ficción dan
mucho juego y la autora se hace con ellos.
En general,
la novela ha estado interesante pero creo que la historia de Petrus merecía un
poco más de protagonismo y no diluirse con la tramas de la corte.
Mi puntuación: 4 estrellas
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